MITOS Y LEYENDAS

MITOS INDIGENAS ZENUES EL MITO DE LA CREACIÓN ZENÚ
 Narran los viejos nativos, que habitaron en aquellos tiempos pasados de la cultura Zenú del resguardo indígena de San Andres de sotavento, que en ese entonces, en el principio del mundo todavía no se conocía la luz, en el resguardo todo era oscuridad y frio, eso, fue así como la noche más larga de la historia de la humanidad. Estas tierras permanecían húmedas y en ellas no se concebían ninguna reproducción o desarrollo de los seres vivos. No había astros, ni plantas, ni animales; aquí no existía ningún atractivo en estos primeros tiempos. Todo estaba absolutamente en silencio. Aún no había gente en el resguardo. Dicen los ZENUES que los únicos y primeros seres que cohabitaban en estas tierras eran los dioses MEXIÓN Y MANEXCA. Mexión el indio hermoso como el sol y manexca la mujer de un solo seno y la más bella de todas las mujeres. Los dioses MEXIÓN Y MANEXCA fueron los creadores de la naturaleza de la raza humana, es decir, de los primeros hombres que vivieron en el Gran Zenú, de esta pareja HOMBRES Y MUJER nacieron sus Tuchínzunga, Sajú, Panaguá, Colosiná, Pinchorroy, Momy, Tolú, Orica, Chimá, Mapurincé, Morroy, Sampuí, Chinchelejo, Mochá, Chalé y Colosó, siendo estos dos últimos hermanos inseparables y guerreros; además tío y padre del indio BACTAZÁ. Juntos con todos ellos llegaron los animales y los arboles; esto transcurrió durante mucho tiempo, para alcanzar la perfección de su obra maravillosa, pero este mundo seguía oscuro, sin luz solamente en las tinieblas permanecían MEXIÓN Y MANEXCA con sus hijos. Más tarde, decidió MEXION poblar las diversas zonas de la región del Zenú y para esto tomó y colocó a sus hijos, a cada uno, en partes distintas y distantes geográficamente. Entonces, para iluminar todo aquel globo oscuro, MEXIÓN se sirvió de su propio hijo y lo mandó al cielo y se convirtió en NINHA, el sol, iluminando la tierra de las tinieblas. Una vez que la tierra se calentó se volvió completamente dura y esta parte seca la llamó RESGUARDO y las aguas las dividió llevándoselas a sus hijos ORICA Y TOLÚ formando inmensos espejos de aguas dulces y saladas. Desde entonces, existe la luz, esa fue la primera luz. Comenzaron a crecer y reproducirse los animales y plantas, se levantaron las lomas y los cerros, apareciendo los ríos, las quebradas y los arroyos por donde corren las aguas. La gente que iba apareciendo y poblando la primera tierra, era descendiente de la generación de los dioses MEXIÓN Y MANEXCA y era gente sabia. Algunos de ellos modelaban tinajas, múcuras, platos, vasijas y muchos objetos de barro y de oro, otros trenzaban las fibras blandas y duras como la iraca, la caña flecha, la enea y el bejuco. Muchos se dedicaron al cultivo de la YUCA Y DEL MAÍZ, y eran sabios porque dentro de ellos vinieron médicos tradicionales e ingenieros hidráulicos. MEXIÓN a cada uno de sus hijos le había dotado de inteligencia para que desarrollara un arte en sus respectivas zonas. MEXIÓN había creado la tierra, con sus plantas, animales, aguas y sabanas, pero la gente seguía trabajando por largo tiempo sin parar, bajo la luz y el calor que NINHA les irradiaba desde lo más alto; la gente ya estaba cansada y por eso sus hijos cedieron al padre en solicitud de ayuda y pronta solución. MEXIÓN estaba feliz por toda su creación y deseaba que sus seres estuvieran contentos. Entonces mandó a NINHA a descansar por algunas horas y éste cayó en un profundo sueño y mientras dormía se acabó la luz y todo nuevamente se oscureció y ésta fue l primera noche. De inmediato subió MEXIÓN misteriosamente al cielo y se convirtió en THI, la luna. Entonces comparte con su hijo NINHA la maravillosa labor de prodigar luz a los indígenas y al mundo, uno lo realiza por l día y el otro por la noche. Desde entonces, los nativos descendientes de MEXIÓN Y MANEXCA quedaron del todo felices de su ayuda y por siempre vivieron agradecidos. por eso realizaban fiestas maratónicas amenizadas con chicha en homenaje del dios NINHA y de THI y en algunas ceremonias ofrecían niños y niñas al sol y la luna, además, antes de llevarlos al ritual del bautismo y a la danza de la pelazón eran llamados NINHA-THI. Hoy en la cultura indígena Zenú NINHATHI corresponde a la divinidad bisexual, que representa al hombre y la mujer Zenú. Así. Lo explica la mitología Tradicional sinuana, que el símbolo de la mujer es la luna y el símbolo del hombre es el sol. Así fue como apareció la luz, la naturaleza y los primeros nativos del resguardo, según lo recuerdan lo zenúes, es decir, el pueblo de San Andrés de Sotavento y Tuchín.



                                                   
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